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Operación Limpieza en Ocaña |
Me acaban de avisar que dizque están rodando unas copias donde
se amenaza a todos los delincuentes, vendedores de droga, promotores de prostitución
y otras personas que llaman indeseables, para los cuales según dice el panfleto:
se les va a quitar la vida.
Es repudiable esta situación, pues no podemos desconocer que en nuestra
ciudad existen autoridades legalmente establecidas, también sabemos que con
violencia no traeremos ninguna solución. De todos
modos yo estoy seguro de tener la solución y es lo que quiero compartir en este
momento.
Hubo hace mucho tiempo una ciudad del tamaño de Ocaña, exactamente con
ciento veinte mil habitantes, tenía los mismos problemas de nuestra amada
tierra: robos, atracos, homicidios, violaciones, corrupción, alcoholismo... bueno, bastante parecida a nuestra ciudad. Un día
un hombre gritaba por las calles de aquella prospera tierra: ¡Esta ciudad será
destruida dentro de cuarenta días!
Aquel aviso no venía de parte de ningún grupo armado, ni de guerrilla, paramilitares
o mano negra; aquel pasquín hablado venia de parte de Dios. Esa ciudad de
nombre Nínive estaba llena de maldad, tal vez menos de lo que esta Ocaña en
estos momentos; entonces Dios decidió destruirla, Dios decidió hacer una operación
limpieza.
Este aviso llego a oídos del gobernante de aquella ciudad, este, arrepentido
ordeno que todo el pueblo ayunara y le rogara a Dios para que aquella operación
limpieza no viniera a ellos… Dios los escucho, vio sus corazones arrepentidos, convertidos
y no trajo aquella calamidad a aquella ciudad.
Quiero a través de este boletín, hacer un llamado, no solo a los
delincuentes sino a todo este pueblo que amo:
Ocaña, así te dice el señor: si se humillare este pueblo, sobre el cual mi
nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos
caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y sanare esta tierra.
Iglesia, el Señor nos recuerda que sus ojos estarán abiertos, y sus oídos
atentos a la oración que se haga en este lugar.
El Señor va a limpiar esta ciudad, pero no con espadas, ni con ejército, sino
con su Santo Espirito.
Les bendigo
Pastor Humberto Ovallos
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