Las personas que somos nostálgicas, tenemos las tendencias a inspirarnos en las cosas del pasado, y mucho más si conservamos algo de poesía en nuestro interior. El poeta vallenato cantaba: ya no hay casitas de bahareque, se llena el valle mas de luces... el poeta ocañero dice: recordando tus calles empedradas, tus hermosas mujeres, las casas viejas, los hilos de acero del viejo cable, y la torre desteñida de la iglesia... suena bonito, muy bonito, pero la realidad como un fuerte golpe te despierta y te dice: estas en el hoy, hoy, hoy.
La palabra de Dios me toma de la mano, rompe con el pasado cuando me declara: las cosas viejas pasaron, he aquí ahora todas son hechas nuevas. En el libro de Job el señor me dice: olvidaras tu pasado, o lo recordaras como aguas que pasaron...
Tenemos la oportunidad de vivir una vida libre de pecado del pasado precisamente porque el señor me promete que él me perdona, que mi pecado lo lanza al fondo del mar.
Entonces libres del pasado empecemos a disfrutar el hoy que está lleno de bendiciones y promesas sobrenaturales. Cosas del ayer fueron hermosas; el nacimiento de mi hijo Jorge Humberto fue espectacular, yo lo vi nacer; pero eso paso, ahora disfruto de la llegada de Leandro José, su hijo.
Aun las bendiciones pasadas, déjalas en el pasado, estamos en las bendiciones de tres meses prometidas por el Señor; y todavía falta.
A partir del próximo boletín estaremos publicando testimonios.
Pastor Humberto Ovallos
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