Es el mismo
dolor de cabeza en cada tiempo electoral.
Los políticos ven en la congregación cristiana un gran
potencial electoral, y a la verdad eso es así, podemos votar en masa y sacar
una buena votación si nos ponemos de acuerdo, pero esa no es finalidad del
evangelio.
Tememos la libertad de escoger nuestros propios candidatos,
así como tenemos la libertad de ser hinchas de un equipo de fútbol, aún tenemos
la libertad de simpatizar con cualquier ideología siempre y cuando esta no
atente contra los principios cristianos.
Se sigue a un candidato por simpatía, por agradecimiento,
porque te dio un puesto, por amistad, porque es cristiano o simplemente porque
te gusta el programa de trabajo que te presenta, pero jamás un cristiano
seguirá a un candidato porque este le compro su voto, eso está muy mal, pero
muy mal, dije muy mal.
Personalmente tengo mis candidatos y quien quiera saber me lo
puede preguntar.
Mira bien por quien vas a votar, no por corruptos, borrachos,
ladrones, homicidas o por personas que no tienen ni idea para que son elegidos.
Estos elegibles no necesariamente son cristianos, así como casi todos los
jugadores de tu equipo preferido no tienen nada que ver con Cristo.
Esa persona a quien vas a elegir solamente va a administrar, a
legislar, a tomar algunas determinaciones que no tienen nada que ver con el
reino de Dios, de paso no afecta en nada a la iglesia, porque las decisiones en
la iglesia las toma es el Espíritu Santo de Dios.
Les bendigo.
Pastor Humberto Ovallos
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